En la mitología griega, Nereo era un sabio que vivía en las profundidades del mar Egeo, fue el padre de las famosas 50 nereidas (ninfas del mar Mediterráneo) y era considerado como el cuidador de las olas. Cambiaba de forma, tenía el don de la profecía, ayudaba a los héroes y aconsejaba a los navegantes cuando habían tormentas para que se alejaran de ellas, conocía todas las rutas y secretos del océano. Era reconocido por su veracidad y virtud, nunca mentía, digno de confianza y apacible, sus pensamientos siempre eran benignos y rectos, no tenía maldad alguna. Era representado como un anciano llevando un bastón, con cola de pez y vestido con un quitón (túnica).
Nuestro centro de buceo se basa en este personaje porque creemos que con algunas de sus cualidades, podemos hacer de este un mundo mejor. Eso es lo que buscamos, que cada vez estemos en la profundidad del mar podamos encontrar estas cualidades en la profundidad de nuestro ser, y así poder actuar de manera sabia para aportar a la protección de nuestro amado océano.
El triángulo que encierra a Nereo, representa el elemento agua y cada uno de sus lados simbolizan la perfección, armonía y sabiduría, cualidades que encontramos en el entorno marino al observar los espectaculares colores de los peces, las formas de los corales y esponjas. Estas criaturas conviven sabiamente, lo que debería ser ejemplo para todos nosotros, por eso cuando buceamos estamos más cerca de alcanzarlas.